Labranza mínima y labranza cero
Los sistemas de labranza mínima y de labranza cero son muy
similares ya que la tierra no se labra o se labra muy poco antes de la siembra.
Labranza mínima y labranza cero Se conoce como agricultura
de conservación, y en ella se busca intentar aprovechar las condiciones que el
suelo ofrece, sin llegar a modificar o, por lo menos, mínima mente, la
estructura del suelo. Si las plantas crecen en él es porque reúne las
condiciones mínimas y por tanto, no ha de someterse a modificaciones.
Razones por las que es bueno utilizar labranza mínima y
labranza cero
Conservación del nitrógeno del suelo
Hay varias formas de fijar nitrógeno, y no sólo lo realizan
algunos microorganismos. La atmósfera, a través de la lluvia, por ejemplo,
también consigue fijar nitrógeno.
Al arar el suelo, se produce su volatilización, y en
consecuencia, la pérdida a la atmósfera. Esto reduce la cantidad de nitrógeno
disponible por las plantas una vez se inicia su plantación. Por ello, las
plantas recurren a la materia orgánica, lo que supone su disminución en el
suelo de forma progresiva.
Ahorro de mano de obra y combustible
Indudablemente esta es una razón de peso ya que Se está
ahorrando el paso de tractores para labrar el suelo y para obreros
Aunque parezca mentira, todas las variables que intervienen
en el uso de la maquinaria agrícola están muy estudiadas. Desde la velocidad de
ejecución, el tiempo de vuelta, la elección de un sistema u otro supone un
ahorro considerable.
Sin embargo, eso no quiere decir que bajo la labranza cero o
mínima no se utilicen maquinaria agrícola. Con esto nos estaríamos ahorrando
cerca del 80 % del pase de maquinaria, pero habrá que utilizarla para, aplicar
productos como abonos o productos químicos.
Conservación de la estructura del suelo
Si la tierra tiene una buena estructura, ¿por qué
modificarla? También se puede aplicar el viejo dicho de “más vale malo conocido
que bueno por conocer”, aunque tampoco estaríamos del todo de acuerdo.
Si con la labranza mínima o cero obtienes buenos
rendimientos, perfecto. No hay nada que decir. Pero si el suelo tiene problemas
de drenaje, la estructura no es buena o no hay buenos niveles de materia
orgánica, sí que se ha de plantear realizar una modificación de todas estas
propiedades, mediante el arado.
Si se hace bien, esta “nueva” composición de la tierra
durará muchos años y se podrá utilizar la labranza mínima.